domingo, 5 de octubre de 2014

El Silencio de los Corderos

Siempre recuerdo con terror el cuento que Hannibal Lecter le echa a la agente del FBI Clarise Starling sobre el silencio de los corderos cuando están matando a uno del grupo, en una liturgia muy angustiante. Lo cito porque siento que eso es lo que aspira el gobierno autocrático con su retahíla de presiones y chantajes sobre aquellos a quienes se les ocurra siquiera mencionar que desde el PSUV se está perpetrando la más gruesa y alocada de las violaciones a la Constitución, en su larga lista de agravios y desacatos a la misma. Nos quieren como corderos espectadores de nuestra propia muerte, sin que tengamos el menor derecho a pataleo, salvo quizás que nunca nos tonsuremos la lana para ver si el lobo antidemocrático se ahoga con nuestra frondosa pelambre mientras nos come. El proceso contra Globovisión porque citó el art. 231 es un buen ejemplo de ello. Acusan con demasiada liviandad de asesinos, golpistas y más a nuestros diputados cuando preguntan cualquier cosa en la AN. Ni se le ocurra a usted insinuar que el presidente está mal, porque los improperios y amenazas desbordan los altos límites previos. ¿A qué le temen tanto? Yo creo que a que quede de manifiesto que sin Chávez son muy poca cosa, a que necesitan de romerías de tarifados internacionales y defensores de puestos públicos en apurada manifestación, para simular que sobrevivirán a la famosa circunstancia sobrevenida. Yo, como ciudadano, reclamo mi derecho a saber si el presidente está apto para gobernar, porque una persona intubada y atiborrada de morfina no puede estar sosteniendo reuniones de gabinete, ni firmando sesudas cartas a Diosdado. Estamos frente a un inmenso montaje político destinado a comprar tiempo para posicionar a Maduro como sustituto de Hugo, titánico trabajo de maquillaje publicitario por cierto. No vamos a callar en la denuncia de atropellos a la razón que culminaron, si es que van a culminar, con ese galimatías del TSJ de que una persona incapacitad de hablar es quien decide si está ausente, así no esté ni pueda estar presente. La luna del culto a la personalidad está mostrando su cara oculta, el gran líder ya no puede gobernar, sin él su régimen de fidelidades reales o compradas se resquebraja, aunque aún sea poderoso. Nos quieren callados como los corderos de la película mientras ellos adaptan caprichosamente las leyes a sus necesidades políticas y arman sus pactos relegando nuestra soberanía a simple formalismo. No guardaremos silencio, la crisis económica no se la vamos a perdonar, la corrupción no la vamos a tolerar,  la Constitución la vamos a defender, así como las reivindicaciones populares. El drama terminal del presidente no marca nuestras vidas, les amenaza sus puestos a ellos. El símbolo cae frente a la realidad, no hay manipulación que lo pueda ocultar. Nadie les cree el cuento de que todos asumimos el 10, están solos en su demagogia. Los carneros que pretendieron asustar se preparan para embestir, por el bien del país. 

@rricardorios1

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