domingo, 5 de octubre de 2014

El Pollo y el III Congreso

El tema político actual es el Congreso Ideológico del PSUV, una réplica hecha con los malos materiales que la crisis nos permite importar, de los congresos comunistas de la Europa Oriental de los 70.

Todo comenzó como una nueva triquiñuela de Diosdado en su indetenible marcha hacia la destitución de Maduro, con la aprobación formal de tres documentos llenos de consignas de la controlada Dirección Nacional, la selección de miembros natos hasta en un 48% de los delegados y el control aparatero de las elecciones de base, cuyo epítome fue la elección de hijos de dirigentes, como los de Fidel o de Kim Il Sun en su momento, para consolidar la cómoda mayoría que aprobase las tesis que sentarán las bases de la elección de las autoridades del PSUV en enero 2015.

Pero los rusos jugaron en contraataque. Maduro les clavó las consultas a las UBCH en un acto en Barinas y comenzó a mover las piezas que el poder ejecutivo da: se alió con Ramírez y se apoyó en sus cubanos para meterse en la pelea partidaria y aparecer a la cabeza del proceso cortándole las idems a los cartomagos Navarro y Giordani.  Sobre la base de miles de denuncias a funcionarios corrupticos, le metió un río en el conuco de Diosdado obligándolo a pactar. Con razón va con chalecos antibalas a su programa de los jueves. 

La precaria estabilidad alcanzada por el pacto cupular del muy dividido chavismo obvió un detalle: el centralismo democrático es inútil frente al twitter, Lenin tendría menos seguidores de Bocaranda o Chataing. Me refiero a la rebelión en Aporrea, el resto del Polo y la insurgencia de la Marea Socialista, con frases del tamaño de “yo voté por  el Plan de la Patria  de Chávez no por los 12 puntos de Lorenzo Mendoza”. Las bases ideológicas y el programa internacional impuesto por Raúl Castro para resolver su apertura a Europa, recibieron un inesperado rechazo de un grupo importante de dirigentes que se comunican por Internet y no dependen del correaje interno y otras lisuras decimonónicas bolcheviques.

La requerida alianza con los industriales de donde sean, nacionales o chinos que el capital no tiene nacionalidad diría Marx, recibe una patada en el tobillo que merece tarjeta amarilla. La base política buscada para el viraje económico madurista no le cuadra a una militancia que lo que ve son ladrones ostentosos y muy ricos en esas maniobras, mientras el país se desmorona.  Como siempre, el stalinismo aborta los debates con simulacros para el control partidario;  pero, quién se iba a imaginar que el jefe de la contrainteligencia militar de Chávez cayese en una emboscada para rateros en Aruba y se destapase que lo exiliaban como cónsul en esa isla, tumbando la imagen de país estable y bueno para invertir que necesita Maduro para superar la crisis. Esto es peor que el desastre de las líneas aéreas de Izarrita.

Marea Socialista, narcotráfico y endeudamiento internacional son los temas que no discutirán allí, dejando al PSUV vacío de contenidos. Buena lata de agua les echó la DEA.

@rricardorios1

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