martes, 11 de enero de 2022

Sobre gusanos, cucarachas, alacranes y otras deshumanizaciones.

La satanización es una forma ruin de justificar la represión despiadada. Se empieza por quitarle valor a la categoría humana del individuo. Por ejemplo, el anticristo vendría en el vientre impuro de una súcuba con el maligno y el parto sería atendido por hetairas de Satanás. De allí a quemar vivas a las parteras que ayudaban a las campesinas en la Edad Media, solo era un trámite. No eran mujeres, eran brujas y con esas mensajeras del demonio no cabía piedad posible.


 El paso siguiente era acusar a cualquier opositor de amante de brujas y, en consecuencia, se le podían aplicar todas las torturas que se quisiera. El emperador Mongol Gengis Khan pensaba lo mismo de quienes se le oponían, porque era el emperador-dios. El caso es el mismo, la deshumanización del contrario. 


Los aborígenes caribes, también los yanomamis y los pemones, afirman que solo ellos son gente. Por eso las prácticas antropofágicas de los caribes no eran malas, estaban comiendo carne de otros animales. 


Hitler hizo algo parecido con los judíos, Stalin con los contrarrevolucionarios, Franco y todas las dictaduras latinoamericanas con los comunistas, Fidel con los exiliados cubanos al llamarlos gusanos. La reeducación durante la revolución cultural se basó en el desprestigio de los intelectuales, con su alta dosis de matanzas 


 La peor matanza del siglo XX, y miren que hubo muchas, fue la de los hutus contra los tutsis en Ruanda, cuando casi un millón de personas fueron destrozadas a machetazos o aplastadas con macanas, producto de una campaña radial sistemática destinada a equiparar a un tutsi con una cucaracha.


Las llamadas limpiezas étnicas en la antigua Yugoslavia, en Myanmar o en Sudan van por el mismo camino. Ni hablar de talibanes, sulfistas o el Daesh. La misma excusa: el enemigo es una plaga a exterminar


Estos horrores, en su intensión, no se separan del uso arbitrario y genérico del término alacrán impuesto por el G4. Tal deshumanización del contrario va más lejos que Chávez, quién "apenas" catalogó de escuálidos, PERSONA muy flaca, a sus adversarios. 

Alacranes son, en sus orígenes, los diputados del G4 que recibieron plata de Alex Saab para cambiar la directiva de la AN el 05de enero de 2019. Lo extendieron a los dirigentes de los partidos judicializados que se quedaron con los símbolos: AD, PJ (ahora Primero Venezuela), VP y COPEI. Ahora lo usan para satanizar a todo el que no sea fiel a Guaidó.


No hay que ser eco de una campaña deshumanizadora de los adversarios, el bien y el mal tienen referente concretos, no se aplican sin evaluación previa y obedecen a un cuadro ético determinado por quienes se presentan como los dueños del bien, de la verdad revelada. Entre otras cosas, por eso es tan difícil la política democrática, porque supone al ser un humano y no se esconde en satanizaciones prestablecidas.


Estaba por decir esto en alguna parte, perdonen lo largo (si es que lo leyeron)