jueves, 25 de septiembre de 2014

Reforma o corrupción

Los amantes del materialismo dialéctico son muy dados a los polos.  Despachados de la reflexión los condenados por la historia a desaparecer: los dueños privados de los medios de producción, comienza un delirante carrusel de separaciones binarias usadas para esconder esa despiadada  lucha por el control del estado llamada la vanguardia del cambio social, los redentores de la humanidad; en resumen: los revolucionarios (con letras de marquesinas y bombillitos, por favor). No siempre es un debate en caricaturas, a veces tiene el dramatismo de “Socialismo o Barbarie” de Rosa Luxemburgo o el “quiero Patria Libre o morir” de Sandino, ambos de trágicas consecuencias dada la consecuencia de sus emisores. Otras, es algo flexible, oportunista, adaptativo, de circo pues; como “Patria Socialista o muerte” que va variando según los humores vitales del usuario.

Los líderes de la clase predestinada a liberar la humanidad emancipándose ella misma: el proletariado, se tropiezan a menudo con el enredo de grises que la terca realidad le impone a esta visiones en blanco y negro. Así, a nombre de destruir la cochina propiedad privada, hunden en el desespero que el desabastecimiento les trajo a sus bases sociales más fieles, donde las ganas de votar por el PSUV se encogen como, y por lo mismo, que la piel de Zapa de Balzac. Anuncian el carácter continental de su lucha y no hallan que hacer para reincorporar las divisas que los solidarios comunistas caribeños triangulan en un raro triángulo de dos lados, ya que les compramos a través de sus empresas todo lo que necesitamos importar urgentemente, con el retardo y el sobreprecio  de la mítica ineficiencia insular, sin ganar ni medio. Llaman a una supuesta lucha contra la corrupción; pero, si usted tiene un nicho de importaciones desde hace 25 años y de él se antojan los del ALBA, usted pasa a ser contribuyente especial y recibirá quincenalmente al SENIAT, lo que lo llevará a contratar otro contador, restringiéndole además todo acceso a dólares CADIVI, lanzándolo al mercado negro para mantener la clientela y encontrarse que los proveedores de los verdes son familiares cercanos de los duros protectores de los dólares del pueblo; matando así a la pequeña empresa e incrementando el desempleo y el desencanto entre los empresarios que siguen apostando a que en Venezuela se puede progresar con este modelo.

La dicotomía clásica de reforma o revolución la resolví hace tiempo: las revoluciones frenan al progreso, solo las reformas permiten superar las injusticias. Maduro busca derrotar a Diosdado enarbolando las banderas de la pulcritud a la par que instaura un sistema de controles corruptos que arruinan al país y le rehúye al debate con Henrique. La podredumbre reinante no se supera con un modelo intrínsecamente corrupto, sino con su superación gradual, rápida hoy y lenta mañana. Siguen soplando aires de victoria: el 99 no aparece, tendrán que violar la CRBV para imponer su habilitante.



@rricardorios1

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