jueves, 25 de septiembre de 2014

Querido Henrique

Estoy seguro que esta es la última vez que te tuteo, en este mi último artículo antes del 7 de octubre, después será señor Presidente, si es que nos tropezamos en la vía. Alea jacta est fue la frase que me dije en una reunión, hace como tres años, cuando un grupo de amigos decidimos reencontrarnos en tu candidatura. Casualmente, esa misma mañana, una entrevista tuya bajó las aprehensiones, tu excelente campaña nos reafirma en la apuesta. De aquella noche a hoy, cuánta agua que ha corrido por esos cauces. Mirar hacia atrás es ver a través de los cristales de la alegría y la nostalgia, veré hacia el futuro. El 7 de octubre, la belleza intrínseca de un pueblo en estado de cambio profundo opaca la maldad de los corruptos aferrados al poder con las garras del denuesto, la corrupción y la mentira. Millones de ciudadanos, comprándote la oferta, repletan las urnas electorales con votos por la opción de la reconciliación y del progreso. Somos tantos que nuestros testigos han reportado sus actas un poco tarde, pero no se quedaron en sus centros contando esa avalancha democrática. Contra ese gentío no hay colectivo, banda o pandilla que pueda. En Catia los vecinos que oprimían los castigaron con votos, en Mamera pusimos las cosas por la mitad, consolidamos Caricuao, quién iba a pensar que íbamos a sacar semejante votación en el 23 de Enero, Petare mostró que no cree en patrañas. El conteo rápido ratifica que algo bueno está pasando, que la epopeya de tu campaña nutrió de contenido esa consigna abstracta, ató los lazos de la comunión contra el miedo. Esperamos que el CNE le responda a Ramón Guillermo: ”ustedes saben que nosotros sabemos lo que ustedes ya saben”. Todos trabajamos hasta tarde el domingo como si estuviésemos todavía en la noche feliz del 12 de febrero, con toda la tarea por hacer. No cometimos el error de los salientes de dormirnos en el fatuo laurel de las encuestas tarifadas, porque no queríamos que ningún venezolano dejase de disfrutar de este cruce de puertas. Responder a la vulgaridad con la decencia, a la violencia con  inteligencia, a la guerra con la paz impuso un signo a tu futuro gobierno: Venezuela entra tarde, pero con toda su fuerza, al futuro próspero. La belleza derrotó a la indecencia: es mejor ser poeta que asesino. Nuestros hijos volverán más sabios y más seguros a colaborar en la reconstrucción de este país desbastado por la demagogia y el robo. Pedro Juan Mujica y Fernando González, dos importantes apoyos que perdimos, estarán presentes el la felicidad de sus remozados amigos. Las universidades respiran con alivio, preparándose para dar lo mejor de si, incluida su crítica. Las FABV demostraron su compromiso institucional, la comunidad internacional se regocija. Los refugiados esperan sus casas, los obreros sus contratos colectivos, las escuelas sus reparaciones, nuestros compatriotas creyeron en la sinceridad de tu gigantesco esfuerzo. Ya pasó lo difícil, ahora empieza lo duro. Hay un camino

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