miércoles, 24 de septiembre de 2014

Reconciliémonos

Pasado el trago amargo del 7/O, nos toca analizar como Juno lo que pasó y lo que viene, con mucho tino, porque ésta ha sido la mejor campaña en la que he participado. Políticamente logramos muchas cosas que nos servirán de piso para continuar: 4,6 millones que votaron a favor de una opción más en pro que en contra de otra, no es poca cosa. Aprendimos que una mezcla inteligente de consensos y primarias conforman un mecanismo costoso pero eficiente de dirimir las diferencias que surgen de las (a veces no tan) naturales aspiraciones políticas. Los infiltrados nos dicen que se requiere ciertos límites, pero la MUD mostró ser un escenario cuyos resultados son inobjetables, aunque necesita ser revisada por lo menos en cuanto al debate de las ideas y la participación se refiere. Un ejemplo de ello es el programa que se firmó el 23 de enero y los ajustes que  la campaña le impuso, al margen de la andanada de mentiras sobre un supuesto programa neoliberal oculto. Otro tema importante es el de las finanzas, no por lo el video de Caldera, sino porque el cerco económico del gobierno en nuestra contra nos impone formas de participación masiva, que expresen  e incorporen la identificación de nuestros electores con el esfuerzo electoral. También me gustaría entrar en un debate acerca de la generación de un vocabulario común, salido de la acción política diaria, sobre el programa de reivindicaciones que enarbolamos. Por ejemplo, todos los prisioneros que injustamente pagan condenas en este país, amén de los delincuentes condenados, tiene familias y amigos que no necesitaron ser comprados por nadie para no votar por quien los rechazó de manera uniforme, sin matices. Cosa parecida se puede decir de los familiares de los estudiantes de las universidades nuevas o de los beneficiados con algunas misiones. Hay que hacer de lo dicho sobre la Misión Vivienda nuestra vocería del sentir nacional en todos los ámbitos: denunciar, respetar y exigir cumplimiento. Solo identificándonos con el sentir de quienes aún no votan por nosotros podremos sentar las bases de la reconciliación nacional, acertada estrategia de vida para extirpar el cáncer de la polarización, tan caro al candidato ganador. Alcemos masivamente nuestra voz de protesta contra el abuso de poder, la dilapidación de nuestros dineros públicos, la humillación perversa oculta en esa forma dictadura, de la pútrida estirpe de Pedro Estrada, que se llamó el voto asistido; pero no insultemos a las víctimas. Dejemos ese supremacismo a la minoría vocinglera que promueve la abstención en nuestro campo con lo del fraude y los chinos. Creamos una estructura electoral nacional que debemos engrasar y mejorar. Ya empezamos la campaña regional, nuestros candidatos lucen superiores a los arropaditos de Hugo, el duelo de la derrota le cede paso al entusiasmo de seguir, encontrémonos los venezolanos de bien en esta hermosa tarea de vivir en paz. Llegaron los días duros, aquí estamos firmes. Hay un camino.


@rricardorios1

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