Cada
vez que llega un proceso electoral, tenemos que invertir parte importante de
nuestros esfuerzos en aislar las tendencias abstencionistas en nuestro lado.
Dado que no es creatividad lo que muestran sus promotores, deberíamos incluir en el cronograma un
tiempito dedicado al tema. Así, que Víctor Hugo de Paola se encargue de
desmontar que Teodoro no es un agente cubano, Carlos Raúl Hernández de las
conspiraciones de Poleo y su general Peñaloza, Carlos Blanco de explicar que
uno puede exigir condiciones con participación, Gisela Kozak bien podría
explicar que tener bolas no es requisito para que las mujeres sean valientes y
que los hombres ganaríamos mucho en ternura con algo de ovarios, ubicando los
aspectos gonadotrópicos del debate y todos ponernos a explicar que esas
campañas salen de laboratorios habaneros de guerra sucia y son difundidas los
domingos a las 9 a.m. por Televén.
La invasión a nuestra cotidianidad de un modelo
totalitario que pretende controlarnos desde la lactancia hasta la muerte, hizo
que para muchos la política fuera un refugio existencial y se acercaron a ella
con remozadora frescura, pero también con impericia al creerla un juego de
mentirillas y vivezas. Esto es caldo de
cultivo para la reproducción de rumores, muchos alimentados por la perversa concepción
de la comunicación oficial del ministro Villegas, inspirado en su antecesor
Goebbels. Pero, no es solo la maldad de
gobierno, también hay un grupo de sectarios muy torpes, que en su ignorancia de
denominan radicales, que cooperan. Pertenecen a esas corrientes putchistas que
tanto daño hacen al proyecto progresista y que intentan vender cara la
reducción de sus áreas de influencia.
Tienen una presencia activa en las redes sociales, lo que escriben
comienza con “hay que” y jamás con “hemos hecho” calmándole a muchos el peso de
la responsabilidad que todos tenemos de salir de esto por el buen camino. Son
sectores antidemocráticos desesperados por controlar la creciente ola
democrática venezolana.
Con esa gente se impone un deslinde. La MUD no tiene
nada que ver con atajos ni pactos internacionales con fabricantes de fracasos.
La gesta en Venezuela supera en constancia y heroísmo a la primavera árabe, las
revueltas brasileñas o los alborotos turcos. No hay lucha social en Venezuela
que no cuente con el apoyo de la MUD, que no con la confiscación que pretenden
los golpistas. La política internacional está dirigida a las corrientes
progresistas y no al atraso militarista. Rechazamos las salidas de fuerzas
porque entendemos la vida como un valor supremo, no creemos en soluciones
mesiánicas. Estamos orgullosos de haber suspendido una marcha para evitar una
masacre. Nos organizamos para enfrentar
a los malandros del CNE otra vez, mostrando la coherencia de nuestro apego a la
ruta democrática a la vez que mantenemos la impugnación a la trácala masiva que
nos trajo a Maduro. Se impone, insisto,
un debate con estos borbones que ni cambian ni aprenden.
@rricardorios1
Publicado
en el Diario Tal Cual en Julio 2013
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