De lanzarse por Twitter el corruptómetro nacional, los 10
primeros puestos serían del gobierno, quedando el tiranuelo de la AN como el
gran campeón; por ello, el cinismo
oficial quiso fusilar moralmente a R. Mardo. Esto tapó, por ahora, las críticas que a esos 10 punteros les hacen
los simpatizantes, y uno que otro
envidioso que pasa los datos, de esa rebatiña llamada el PSUV. Visto el éxito
inicial de esta canallada, en el debate en la AN sacaron el montaje de un
diálogo anunciando la próxima víctima: Oscar López. Allanaron su casa y lo
imputaron buscando salpicar la imagen de Capriles, por quien van ahora o después
esperando el momento adecuado. Este será cuando se aísle a Henrique de sus
bases, nos dividamos o nos paralicemos. Por si lo olvidamos, esta lucha es por
el poder político contra un régimen totalitarista que quiere controlarnos a
todos en todo, contra una estrategia tenaz que solo se detiene cuando se
levantan muros de lucha social, cuando miran para otro lado esperando el momento
adecuado. Hasta de esto dan clases las universidades nacionales.
Capriles encabeza hoy la lucha democrática en Venezuela, la
calidad de las victorias alcanzadas se mide por lo que nos acercan al objetivo
de obtener una mayoría electoral. El oficialismo se siente débil de cara a las
elecciones municipales, no porque vaya a caer sino porque se consolida el
avance democrático. Lo saben e intentarán de todo para impedirlo,
enfatizando la represión y la mentira. La
multa del TSJ y la picadita de ojo a la Fiscala hay que pasarla por este tamiz.
En este marco, no hay contradicción para los demócratas entre la lucha social o
la lucha electoral, eso es una dicotomía para los que aspiran a “crear las
condiciones para una vaina”, pero no para transitar la senda democrática, no
para quienes creemos más en convencer: vencer en conjunto, que en vencer a cualquier costo.
La conveniente polarización, atizada por el gobierno, busca
esconder el fracaso en la selección farandulera de sus candidatos, fórmula
tonta para esquivar su división interna. Los magnicidios, diálogo macabro entre
Diosdado y Maduro con visos de deseos ocultos, no se creen. La resurrección de
las misiones, comodín electoral del difunto, se redujo a un actico en el Teresa
Carreño; la ausencia del dedo mágico trajo protestas públicas contra sus
paracaidistas. Diosdado se agarró las gobernaciones, Maduro las alcaldías y las
bases paralizadas; quedando un partido de empleados públicos chantajeados, con
suficiente poder aún para hacer daño y continuar el lento golpe de estado.
Viene más represión, excrecencia clásica de los corruptos.
Atacarán a quienes vean más débiles, tratando de debilitarnos a todos. Unidad
electoral fortaleciendo las luchas
sociales es un escudo eficiente contra los desmanes en puertas. La peor
respuesta a los golpistas es la pusilanimidad, no hay pabellones especiales
para prudentes e imprudentes, que peleamos contra canallas.
@rricardorios1
Publicado en el Diario Tal Cual en agosto de
2013
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