miércoles, 10 de septiembre de 2014

Mentira y represión: respuestas de corruptos.

De lanzarse por Twitter el corruptómetro nacional, los 10 primeros puestos serían del gobierno, quedando el tiranuelo de la AN como el gran campeón;  por ello, el cinismo oficial quiso fusilar moralmente a R. Mardo. Esto tapó, por ahora,  las críticas que a esos 10 punteros les hacen los simpatizantes, y  uno que otro envidioso que pasa los datos, de esa rebatiña llamada el PSUV. Visto el éxito inicial de esta canallada, en el debate en la AN sacaron el montaje de un diálogo anunciando la próxima víctima: Oscar López. Allanaron su casa y lo imputaron buscando salpicar la imagen de Capriles, por quien van ahora o después  esperando el  momento adecuado.  Este será cuando se aísle a Henrique de sus bases, nos dividamos o nos paralicemos. Por si lo olvidamos, esta lucha es por el poder político contra un régimen totalitarista que quiere controlarnos a todos en todo, contra una estrategia tenaz que solo se detiene cuando se levantan muros de lucha social, cuando miran para otro lado esperando el momento adecuado. Hasta de esto dan clases  las universidades nacionales.

Capriles encabeza hoy la lucha democrática en Venezuela, la calidad de las victorias alcanzadas se mide por lo que nos acercan al objetivo de obtener una mayoría electoral. El oficialismo se siente débil de cara a las elecciones municipales, no porque vaya a caer sino porque se consolida el avance democrático. Lo saben e intentarán de todo para impedirlo, enfatizando  la represión y la mentira. La multa del TSJ y la picadita de ojo a la Fiscala hay que pasarla por este tamiz. En este marco, no hay contradicción para los demócratas entre la lucha social o la lucha electoral, eso es una dicotomía para los que aspiran a “crear las condiciones para una vaina”, pero no para transitar la senda democrática, no para quienes creemos más en convencer: vencer en conjunto, que en vencer  a cualquier costo.

La conveniente polarización, atizada por el gobierno, busca esconder el fracaso en la selección farandulera de sus candidatos, fórmula tonta para esquivar su división interna. Los magnicidios, diálogo macabro entre Diosdado y Maduro con visos de deseos ocultos, no se creen. La resurrección de las misiones, comodín electoral del difunto, se redujo a un actico en el Teresa Carreño; la ausencia del dedo mágico trajo protestas públicas contra sus paracaidistas. Diosdado se agarró las gobernaciones, Maduro las alcaldías y las bases paralizadas; quedando un partido de empleados públicos chantajeados, con suficiente poder aún para hacer daño y continuar el lento golpe de estado.

Viene más represión, excrecencia clásica de los corruptos. Atacarán a quienes vean más débiles, tratando de debilitarnos a todos. Unidad electoral  fortaleciendo las luchas sociales es un escudo eficiente contra los desmanes en puertas. La peor respuesta a los golpistas es la pusilanimidad, no hay pabellones especiales para prudentes e imprudentes, que peleamos contra canallas.


@rricardorios1



Publicado en el Diario Tal Cual en agosto de 2013

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