lunes, 15 de septiembre de 2014

Altamira, calle Kiev: dirección inexistente.

En TC 11-02-14 advertíamos: el pueblo está bravo, sin tener calibrado lo que se desataría en el país a raíz de la sangrienta represión lanzada en la conmemoración del Día de la Juventud, fecha aprobada en la AN Constituyente de 1947 para destacar que, gracias a los estudiantes  y  al relevo del español Campo Elías,  ese fue el único  ining donde Boves no nos anotó carrera en 1814.

Ribas  arengó: “He ahí a Boves. Cinco veces mayor es el ejército que trae a combatirnos; pero aún me parece escaso para disputarnos la victoria”. No se equivocó, pero colaboró mucho a dejar entre nosotros la preponderancia a creer más en la voluntad que en la realidad.

Estos días de horror, con detenciones arbitrarias, desapariciones, torturas y muerte sacaron lo más feo del chavismo a la calle, removiéndonos todos los análisis parsimoniosos. La población, agotada de colas para conseguir lo mínimo y  agobiada por la inseguridad,  ve con agrado  y preocupación  la creciente ola de protestas que sacude al país, invisible solo en la tablet de Elías Jaua. La rabia se consumió a la paciencia y se desataron las furias contenidas. Dejemos claro algo: la protesta tiene base social de sobra y hay que continuar con ella. Este es un gobierno sordo, inepto y corrupto, que jugó con las palabras para ocultar en un falso diálogo la triquiñuela de comprar tiempo para asentarse en el poder, cosa que no logra sobre todo por el sabotaje que sufre puertas adentro y sus aportes de torpezas sin fin. El desmembramiento del estado de derecho en pro de mantener camarillas en cuotas de poder, nos tiene arruinados. La política económica absurda e inviable secó la pradera que clamaba por chispas y ocurrió.

Vamos a retomar el rumbo, meterle más protestas hasta que rectifique, pero hay que sacar las cuentas bien. Es hora de la más angustiosa de las paciencias, de pensar luchando. Bien sabemos la diferencia de las funciones gonadotrópicas y las cerebrales, muchas veces en cortocircuito. Si Maduro quiere calma, que desarme a los paramilitares del PSUV que financian malandros para asesinar estudiantes. La dirigencia opositora tiene que marcar la pauta de la lucha, como lo viene haciendo en solitario Capriles, y no de la modorra. 

Repudio cualquier salida militar. El desbordamiento de la represión, movilizando hasta Sukois contra guarimbas,  nos dice que somos carne de cañon de una sorda batalla por el poder en el gobierno. Rodríguez Torres es un violador de derechos humanos fundamentales o un gafo por caer en las trampas del tapón de la AN. Estas muertes reclaman castigo, rechazo el encarcelamiento por delitos de ideas al que someten a Leopoldo. Que respeten la inmunidad de María Corina, que es  la voluntad del pueblo y  esa no perdona.  Liberen a los estudiantes y castiguen a los torturadores.

Miremos hacia los promontorios. La venta de este país afecta a las grandes mayorías, con esas es que hay que conectarse. En Altamira no nieva, ni Ramo Verde  es Robben Island.


@rricardorios1


Publicado en el Diario Tal Cual en febrero de 2014



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