martes, 8 de marzo de 2016

Felicitaciones

Estimadas colegas;
Como inicio de la conmemoración, aclaro que uso el femenino de manera tan genérica como otros usan el masculino, me ahorro el fulano estimados y estimadas,  así que esto es con todas las que trabajamos aquí.

El día internacional de la mujer es un compendio de las luchas liberadoras que ha librado la humanidad en el mundo capitalista, promovidas por partidarios del socialismo y que fueron conculcadas por los gobiernos comunistas que hasta han pretendido sustituir las toallas sanitarias por pañoletas de cretona, ¡Válgame Dios!

Hago la reflexión así  porque me llama la atención que es en el seno de una sociedad basada en las diferencias que surgen los espacios institucionales para superarlas, siempre de manera incompleta. 

Fue la necesidad de tener mayores ganancias lo que llevó a aceptar la incorporación de la mujer en las fábricas, tal como antes participaban en las labores agrícolas como algo más que paridoras de mano de obra. Esa participación en la producción las puso en contacto con el ejercicio de los derechos humanos, teniendo que vencer el despotismo hogareño y laboral a la vez.

Si la democracia ganó espacio como terreno para el ejercicio de los DDHH fue, en gran parte, por las sufragistas que soportaron abusos y represión de todo tipo.

Hoy, gracias al desarrollo tecnológico, pueden pasar por este valle de lágrimas sin ser paridora de otra cosa que ideas y saberes. Tenemos una sociedad que incorporó, con excesos que no comparto, las herramientas de la belleza a la lucha por el bienestar y la felicidad que proporciona contar una autoestima bien equilibrada. 

Lo mejor de todo es que cada vez hay menos razones para tener que celebrar un día de la mujer, aunque sobran ejemplos de los horrores subsistentes. Desde la estupidez criminal que acompaña al caso de las argentinas asesinadas en ecuador "por viajar solas", es decir sin hombres; hasta las barbaridades cometidas por los energúmenos de ISIS o el irrespeto implícitos en los reglamentos electorales venezolanos que imponen proporcionalidad por razones de género, como si fuesen minusválidas intelectuales o qué se yo.

 Celebro la aceptación creciente que veo en los pasillos de la UCV como campo propicio para el amor en sus más variadas expresiones. Uno ama siempre pero no puede ejercer el amor en todas partes, paradoja social que las mujeres han logrado derrumbar en buena parte.

Conmemoro la valentía de las lavanderas de Nueva York, de las rusas que tumbaron al Zar, de Clara Zetkin o de Argelia Laya, pero también del montón de mujeres que pelearon contra lo que sea para que yo llegara hasta aquí, siendo los errores de mi absoluta responsabilidad personal. 

Celebro a las madres y parejas de los  enfermos o de los presos, a las que trabajan en la calle y lo siguen haciendo en la casa, a las que lo arriesgan todo para que un familiar no parta antes de tiempo o sean buenos estudiantes. 

Hay ambientes en los cuales la votación 50-50 significa unanimidad a favor de la opinión de las mujeres, pero de eso no se habla en un día conmemorativo de tan delicada fuente de inspiración.

Feliz día a todas.  


@rricardorios1

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