Cuando al país se le sale el relleno por todas las costuras, a uno
le de cosa ponerse a escribir sobre temas que no toquen la poco original
terapia maduriana de curarse la sarna tapándola con una chaqueta, como eso de
esconder las colas en sótanos que son usados como estacionamientos, sin la
ventilación adecuada, o atapuzando de gente el interior de los locales violando
todas las disposiciones bomberiles al respecto.
Cree comprar tiempo con medidas efectistas de claro corte electoral,
como esa donación de publicidad que le hizo al desprestigiado presidente de la
AN para que cogiera prensa allanando los locales de una cadena de abastos en barrios,
acusándolos de tener un almacén donde
centralizan los productos que van a distribuir después. Eso es tan bufo que
simularon haber encontrado evidencias de la complicidad de las empresas Polar,
porque de esa empresa era la mayoría de los productos expropiados en ese
allanamiento de promoción electoral, aliñado con fingido asombro del diputado-candidato;
como si no fuese cosa sabida que el gobierno le sigue la traza a lo que produce
la Polar hasta el detalle del número de chapitas para las botellas de cervezas
que venden. En la toma de una colina estratégica en esta guerra económica de
comiquitas, Maduro redactó un decreto prohibiendo vender harina precocida
aliñada con cereales, a efectos de proteger al pueblo de los melenudos o como
les diga.
Optan por mentir para
solucionar la crisis de desabastecimiento,
dicen que la distribución se va a regularizar cuando los camiones vuelvan a las
carreteras en febrero, porque los venezolanos “celebramos demasiado las
navidades y eso trajo escasez” como afirmó un plumífero del régimen hace unos días.
Solo a Maduro se le ocurre, en medio de
esta atroz escasez de medicamentos, cerrar las únicas farmacias donde se
consigue acetominofén. Otra tontería más, expropiarán unos estantes vacíos en
unos locales vacíos porque esa gente se va para Colombia, donde prosperan
ampliamente.
La mentira es general, estafó a su propia militancia presentando
una dirección nacional del PSUV de consenso, el pacto de los alacranes
panzones, siendo que su propio congreso aprobó elegirla por la base. Presentó
una engañifa para pescar incautos con el fin de hacer creer que seleccionarán
50% de mujeres y 50% de jóvenes en sus planchas a las parlamentarias. Se puso a denunciar golpes de estado mientras sus militares
celebraban el fracasado golpe del 4 de febrero de 1992, que él no apoyó, como
un éxito. Tal vez esa sea la fuente filosófica de sus reflexiones: el fracaso
es un éxito.
PS: El ingenio sufre una pérdida terrible, no se me ocurre la vida
sin leer la caricatura de Zapata. Ese héroe del humor nos regaló el afiche para
nuestra toma de posesión como dirigentes de la FCU-UCV, que fue usado para
encarcelarnos en Honduras. La libertad pierde un genio. Nos reiremos del poder
leyendo discursos, sustitución procaz de
la plástica esdrújula por la plastica grave, muy grave. Zapata, píntame un
perro.
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