martes, 7 de octubre de 2014

2200

Este número es  como el Rondón del Pantano de Vargas, como la llegada de Campo Elías en La Victoria, como la ofensiva colateral de Ambrosio Plaza en Carabobo. Es el número máximo de caracteres que la dulcemente implacable Gloria Villamizar nos pide que respetemos para que Tal Cual siga teniendo espacio para sus colaboradores en los restos de papel que quedan. Es la ración de subsistencia aceptada por los espartanos que enfrentan la versión enana de Jerjes en las Termópilas de la libertad de expresión. Cuando todo el poder se usa para callarnos, debemos aprender a decir rapidito que con el nombramiento de Chúo le entró el viento social que nuestra formación anhelaba saliera de alguna reunión de la MUD.

 

 Tenemos que aprender a decir en chiquito que la marcha se suspendió para enseñarle a Venezuela que el odio nace y muere en el discurso deforme del cabo de vara de la AN. Que por muy antipático que nos resultaba Serra, semejante atrocidad merece un rechazo simbólico nacional y que desde este lado supimos darlo. No debo usar muchas palabras para subrayar que, a despecho del chavismo, no nos interesa ser una "buena oposición" sino un mejor gobierno. Que todos los pasos que venimos dando es para que la minoría que apoya a Maduro se contraiga más y la mayoría que ve hacia acá encuentre discursos y propuestas que nutran sus esperanzas. Repetir, como cuando dábamos discursos incendiarios y brevísimos contra el Jefe Civil de San Juan, que este gobierno es malo y que lo tumbaremos a votos. Rápido, conciso, sin retórica, ejerciendo eso de que ventanita que nos cierren, boquete que inventamos. Quisiéramos debatir sobre qué hacer si nos toca tomar el ejecutivo y reorientar esta chapuza mediocre y botarata que derrocha hasta el bono demográfico, mas no hay sino 2200 caracteres, nos comemos 300, tantos como los héroes de Leónidas, para seguir dando la batalla. La necedad totalitaria, devenida en ogro voraz, no entiende que Sairam no es un caso aislado sino una expresión viral en expansión. No entienden que este diario lo dirige Teodor Petkof y que aquí se entiende clarito el papel de la opinión crítica en la construcción del futuro promisorio. Tenemos el viento en la popa y el barco bien capitaneado. Nos falta papel y nos sobra coraje. 2200 es un número cabalístico, heroico y hasta simpático. Es el calibre de este cañón de futuro que dispara balas de vida digna, de democracia, de sonrisas. Estamos redactando el epitafio de este acto torpe llamado socialismo del siglo XXI, con las letras del voto conquistado en las calles que reclaman sus derechos. Somos la democracia, somos 2200, somos más. Chao Maduro

@rricardorios1

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