domingo, 21 de septiembre de 2014

Maduro en la calle


Luego de la derrota política sufrida por Maduro a raíz de la proclamación express  de 4/5 partes del CNE, el proclamado ha dejado una traza zigzagueante en su andar como conductor del ejecutivo.  Pasa de lo ridículo a lo más ridículo con la arbitrariedad de una marcha aleatoria: se sabe que va a dar a un paso, pero nadie puede predecir si positivo o negativo.  El  nuevo inquilino de Miraflores, sutil o descaradamente, le atribuye todas sus desgracias al gobierno anterior, creándonos  la misma perplejidad que nos producía ver a la gente de CAP II haciéndoselo  Lusinchi, sin que la referencia tenga la secreta intención de que se le avecina su 4 de febrero, que esa cosas pasan cuando pasan y no cuando uno las invoca.

Este andar destrozó en dos semanas toda la popularidad heredada y cayó más bajo que nunca en las encuestas.  Como todo buen heredero, dilapidó lo heredado y fueron los dolientes quienes salieron a remendarle el capote, convirtiéndolo en un mendigo de reconocimientos nacionales e internacionales,  quedando su prestancia presidencial muy disminuida. Pero los rusos también juegan, en este caso los cubanos que le impusieron un giro mediático a la gestión, con las dimensiones de un parcho para carpas de circo: si el país es un  polvorín de mecha corta y cerillos próximos, salga a la calle no para evitar que estalle, sino para que no ocurra con usted adentro.

Maduro ha logrado frenar la picada en barrena de su imagen, tanto aquí como en el exterior y eso hay que verlo con atención. No han desaparecido las principales debilidades de su gobierno:  crisis económica de un modelo que fracasó, división del PSUV,  ingobernabilidad generalizada,  corrupción galopante y desastrosos servicios públicos mezclándose en pútrida argamasa; pero ha comenzado a darle respuesta a lo que a los cubanos más le preocupa: su estabilidad en el poder.  La pugna interna es a muerte, a la humillación en el Campo de Carabobo le siguió una campaña contra los corruptos amigos de Diosdado, que será encubierta con un par de casos de la  oposición. Le respondieron con lo de su origen colombiano, lamentablemente  usado por gente democrática como una campaña tentadora de descrédito, sin pasearse por el hecho de que contamos con más de un millón de neogranadinos que votan o influyen en el voto, muchos de ellos explotados por los traficantes de encomiendas, en clara conchupancia con los ladrones de CADIVI, que cada día les inventan nuevas barreras para chantajearlos. Mejor es exigir un acuerdo de bancarización general con Colombia para protegerlos, que montarse en un tren chauvinista como comparsa de Diosdado.

La salida de este desastre solo es democrática, Capriles dirigiendo la unidad hacia las municipales ha llenado muy bien  un vacío de liderazgo.  Maduro  sube contra las tercas condiciones objetivas con escándalos y sin política, como una espuma aguada. Atender estos aguajes tiene importancia estratégica, Maduro está en la calle, como queda uno cuando lo maletean.

@rricardorios1


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