Venezuela vive una
crisis tal que la única respuesta que los gobernantes dan es el cinismo. Dicen
que no hay problemas de flujo de caja en PDVSA, sino que las aerolíneas desviaron
sus ofertas hacia Brasil. Anuncian una campaña nacional contra la obesidad
porque ahora tenemos mayor capacidad de compra y por eso hay escasez de harinas.
Un deplorable intelectual del régimen, de apellido Britto, hace maromas estadísticas para borrar las huellas
de violación de los DDHH dejadas por la
reciente ola represiva dirigida por el copresidente Rodriguez Torres (RT). El
cagatintas casi que pide castigo a la FCU por sus agresiones a la GNB. Las
acusaciones entre ellos llegan a la luz disfrazadas de señalamientos a la
oposición.
La sensación es que
tenemos un colectivo de presidentes que actúan según crematísticas orientaciones, sin orden ni
concierto. A Diosdado ya lo admiran en algunos círculos opositores porque es el
político que más duro le da a Maduro. Los consejos de RT respecto a la eficacia de la represión
para dividir a la oposición, incluida la destitución de los alcaldes por un TSJ
apocado y sumiso, torpedearon la línea
de flotación del gobierno, vistos los
resultados en San Diego y San Cristóbal donde ocurrió la tormenta perfecta: se
unió la oposición subiendo su votación, bajó la abstención y bajó la votación
chavista. A Maduro le contaron que se emplearon a fondo y que inscribieron
varias candidatas para confundir. La furia del bigotón fue espectacular, dicen.
El Comando Supremo
del PSUV no encontró mejor salida para paliar la ira de sus bases que inventar
el noveno magnicidio contra Maduro, habrá que decirle el gato, y nada menos
original que poner a la culpable universal como responsable: María Corina
Machado. La desesperación es total, Ramírez inventa una política cambiaria por
día y gasta una cantidad descomunal de esfuerzos peleando con el BCV. El único
que la ha pegado es Jaua quien, gracias a Raúl Castro, logró un enorme apoyo
para Maduro en la cumbre de los No Alineados, reservorio fósil de la Guerra
Fría. Esto trajo que Obama le dejara la espada de Damocles a Maduro colgando
sobre su cabeza, pero con doble hilo… por ahora.
Enfrente está el
país que brega por sobrellevar este retorno a la Edad Media: información a
través de juglares; medicina de amputaciones, sangrías y yerbatería experimental;
censura a las letras de los reguetones y otros artículos de opinión conforman
una lista muy parcial de evidencias de que la guagua va en reversa, rumbo al
rojo barranco. Lo único moderno es la inflación.
El diálogo político
se ve difícil. La ruta democrática, electoral pues, es una urgencia para que
quede país para salvar. Superar este mal momento requerirá de todos, hasta de los
actuales malos gobernantes que cooperarán no cooperando.
Hay que escoger un
Consejo Nacional Electoral, creíble para todos, que pueda crear los espacios
para que la paz subsista, para que no se nieguen las elecciones que la
coyuntura propone.
@rricardorios1
Publicado en el Diario Tal Cual en junio de 2014
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