Maduro promueve la barbarie, por
eso el país votará masivamente este 6D, porque es la confrontación entre un
modelo que fracasó y otro que puja por crear una democracia vigorosa que haga
de Venezuela un país de prosperidad y de paz.
El PSUV ofende a sus ciudadanos
al ponerlos como mendigos que cambian el futuro de sus hijos por “una ventana y
una mano de pintura”. Son un gobierno de bárbaros porque no saben hablar el
lenguaje de los nuestros. Los ciudadanos lo somos en tanto que seres libre y
dignos, democráticos pues.
Los depredadores del presupuesto
usaron la AN para esconder tras unos mendrugos, entregados con chantajes, la
más atroz corrupción de nuestra historia republicana. Rechazan el control
democráticos del gasto corriente, por eso amenazan con barrer las instituciones
con bárbaras afirmaciones: “como sea” parece el grito de guerra de un vándalo.
Su peor pesadilla es que el dinero público se tenga que gastar según lo
presupuestado, sin que haya ninguna “desviación suiza”. La democracia no impide
que lo intenten, pero tiene los mecanismos para controlarlo y sancionarlo.
Apelan al esoterismo centrando su
campaña en la palabra de una persona que no podrá cumplirla porque está muerta.
La democracia quiere ser evaluada por los ciudadanos en función del
cumplimiento de sus ofertas políticas en tiempo presente, presagiando futuro
promisorio. Contra ese empeño de hacer
resucitar el pasado, se propone un país con instituciones que practiquen el equilibrio de los poderes.
Su oferta para la juventud es la sumisión y el control en
milicias anticonstitucionales que evocan montoneras del siglo XIX, reivindicando
casi el grito de “muerte a los que saben leer y escribir”. Por eso odian a las
universidades. La democracia quiere una
juventud crítica y bien preparada que sepa hablarle a cualquiera mirándolo a
los ojos porque está tan bien o mejor
formada que su interlocutor. Una juventud que aporte saber, amor, alegría y
cambio a una patria que merece lo mejor.
La barbarie siente que la soga de
la historia le aprieta el cuello. Nuestros habitantes votarán por la
pluralidad, la multiplicidad de organizaciones sociales, el emprendimiento y la
productividad que es consustancial al sistema democrático.
La barbarie levantó un muro de
atropellos e ilegalidades para cercar al país, conviviendo con el crimen en
clara conchupancia con la delincuencia.
La democracia es el fortalecimiento del poder judicial para acabar con
la impunidad reinante. Las cárceles han de ser para reivindicar al reo y no
para que desde ella gobiernen los pranes.
Los jueces recuperarán su dignidad, su capacidad de decidir según las
leyes. Un sistema judicial domeñando por
el ejecutivo es un acto de barbarie.
No somos una sociedad polarizada,
sino asediada por los bárbaros. La democracia como programa de vida es un
anhelo trascendente de los venezolanos. Los bárbaros son pocos, usurparon los
sueños y las esperanzas de quienes dicen representar. La democracia es amplia y
plural. Vamos con todo, todos unidos a votar este 6D.
@rricardorios1
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