jueves, 13 de agosto de 2015

La partida de Heinz



Se nos fue Herr Heinz, un señor a quien quise mucho y admiré más. Aún no me fluye la semblanza o el panegírico, solo las lágrimas. Su paso por AsoVAC fue como era él, dio para todos los gustos. Su feroz vigilancia por lo honesto y lo correcto lo volvió un hueso duro de roer en las muchas reuniones políticas donde coincidimos. Nunca estuve de acuerdo con que se lanzara como candidato a Rector. Preguntaba, como quien pone un problema en la mesa de reflexiones, ¿Quién tiene más curriculum académico que yo? El Rector de la UCV debe ser un líder académico, me decía. La única forma de poder hablarle de los otros aspectos que tiene la condición de líder universitario fue impulsando su candidatura y discutiéndole “desde adentro”. Rápido arrió las velas de ese barco. Sería un homenaje lindo a su terquedad académica tener una UCV donde el CV fuese la más importante credencial. Serán otros días. Hoy se nos fue una de las joyas más preciadas del cofre de las cosas buenas que tiene Venezuela. Heinz me quería, me lo decía a menudo, creo que eso es un tesoro que no quiero compartir sino con los gratos recuerdos de ese polémico y gruñón amigo, ucevista por los cuatro costados y en el quinto elemento. Siempre me pidió, con su humor particular, que no le dijera Herr sino Don Heinz. Como sea, me duele mucho su partida
Ricardo Ríos 
Llego a casa apaleado, sintiendo el peso de la atmósfera en los hombros. Triste, no sé, como sí hubiera muerto Heinz Sontag.

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