Lo impío del título se me ocurre que resume el año que termina. El gobierno de un estado democrático,
gobierno de seres humanos, con sus bondades y defectos, tiene como misión
garantizar el sano arbitraje del reino de las leyes mientras se ejecutan las
políticas públicas que conforman el programa con que llegó a poder
Aunque usted no lo crea, existen gobiernos así en América Latina,
con sus bemoles y sin inocentadas; lamentablemente por aquí no fumea, evocando
al desaparecido juego infantil de la candelita.
Pecar, apartarse de la
norma, es el signo cotidiano de la conducción del estado en nuestros días. Uno,
que ha andado enderezando entuertos más de una vez, también la ha cogido contra
la economía como fuente de todos los males para terminar concluyendo que, bien
leída, sirve para generar bienes, sobretodo de consumo. Maduro se niega a
aceptarlo, se va de la norma, pecando de
ignorancia reincidente al mantener un régimen cambiario que hasta Luzbel le
recomienda unificarlo.
Pasamos todo el año metidos en un curso de prestidigitación para
mostrar como bueno lo mal que íbamos y
vamos. Visto así, uno encuentra el hilo conductor que conecta la represión
brutal del ahora ángel caído Miguel Rodríguez Torres con la compra de El Universal,
el acoso a Tal Cual, el cerco a las universidades autónomas, la expulsión de la
Marea Socialista, las detenciones masivas o la nueva ley del IVIC.
La lucha interna en el PSUV es por la raspa de la olla, con su
ribetes épico-folclóricos como la lucha contra el bachaqueo, mal endémico en
nuestras fronteras, y el autosabotaje sistemático a cualquier iniciativa de
alguno de los sectores en pugnas, sectores devenidos en auténticas oligarquías
con ejércitos propios y mucho real. Por eso no sorprendió a nadie el fracaso de
sus elecciones internas. Por el placer
de especular, el caso de las colitas de PDVSA y el del camión con los
dólares me huele a un intercambio de delaciones.
Aferrados a la divina teoría de la conspiración, uno vería en la
caída de los precios del petróleo junto con las sanciones en el congreso
americano, una jugada de tres bandas ya utilizada cuando aceleraron el quiebre
económico dela quebrada economía soviética, incluida la guerrita de las
galaxias de Maduro con sus tres satélites.
En medio de todo esto, la no renovación de los componentes del
Poder Moral, con TSJ y CNE inclusos, no daba para más y se abrió la posibilidad
de meterle aire fresco a un asfixiado
aparato estatal. La vocación totalitaria, la viveza y la cortedad en las metas
podría abortar este proceso o dejar que pase lo que la Constitución recomienda
como sano: el consenso. Mensaje a García
también a la MUD, que le toca coser con
filigranas sobre una tela donde no controla ni las agujas.
Fieles a su política de emboscadas navideñas, es probable que
aprueben un nuevo poder igual al saliente. Ya una vez recibimos el año en la
Plaza del Rectorado de la UCV y logramos detener la pésima Ley de Educación
Universitaria. A todo riesgo, felices fiestas.
@rricardorios1
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